Cuando era niño solía leer una nota debajo del vidrio del escritorio de mi padre que decía "... debo ir donde la muerte me da la vida o debo ir donde la vida me da la muerte?"
En esa época de mi niñez, sinceramente, para mi era muy difícil comprenderlo pero me marco para toda la vida y aun hoy creo que tiene alguna otra trascendencia que no logré todavía descubrir.
A fines de Setiembre se conoce la historia de Stacy Crimm una joven estadounidense de 41 años, que luego de varios años de intentar quedar embarazada lo consigue. En el transcurso de su gestación se le detecta un tumor en el cerebro.
Los profesionales medicos le advierten que cualquier tratamiento quimioterapia afectaría la salud del bebe poniendo en riesgo su vida.
Stacy decide continuar su embarazo y suspender cualquier tratamiento que afecte la salud del bebe.
Como era previsible su salud se fue deteriorando, hasta que a mediados de Agosto sufre una descompensacion y deben realizarle una cesárea de urgencia, naciendo una nena de un kilo de peso. Por las condiciones de ambas, los días posteriores transcurren ambas separadas hasta que a principios de Setiembre se planifica un encuentro entre ellas que se concreta el 11 de Setiembre, tres días después Stacy fallece.
Esta historia mas allá de lo emocionante que puede significar envuelve en escencia, el mas puro sentimiento de una verdadera madre, que es la de llegar a dar su propia vida por sus hijos.
Para mi cuando la conocí fue encontrar en un ejemplo practico lo que aquel mensaje filosófico tenia.
Hay personas que no mueren nunca, siguen estando presentes siempre, porque eligieron ir " ... donde la muerte nos da la vida..."
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