Economía o salud


En los últimos días se han publicado algunos artículos económicos relacionados a las consecuencias económicas de esta pandemia. 
Algunos de ellos hasta se atreven a evaluar el,costo de lo que significa atender al 20 % de la población más vulnerable. Los más atrevidos llegan a dimensionar que esas consecuencias pueden causar el hambre y hasta la muerte de muchas personas. 
Me parece un razonamiento muy egoísta y es por eso que me motiva expresar mis pensamientos. 
En definitiva se lleva a los médicos a cambiar las normas éticas para privilegiar la atención a la población con más posibilidades de vida por sobre aquella otra sin posibilidades de sobrevivir. 
A los médicos que atienden a estos pacientes al lado de sus camas conviviendo con esos paciente dolientes les significa un shock emocional, existencial, ético y humano con impredecibles consecuencias psicológicas y existenciales que aún nadie pude dimensionar. 
En nuestro país la máxima dirigencia política ha seguido una postura más social y humanitaria, pero sabemos que ello debe tener un sustento económico para mantenerlo en el tiempo. 
Para iniciar mi razonamiento debo decir que el mundo no será igual después de esta pandemia, la vida cotidiana, los sistemas de salud, ni la dirigencia política deberá pensar igual, ni obviamente tampoco la economía. 
Se requiere un redimensionamiento de las necesidades de una sociedad, procurando que los recursos económicos, siempre insuficientes, sean dirigidos a las pririoidades reales de la gente. 
Los médicos y científicos están trabajando en laboratorios, en los hospitales las 24 ha del día con un esfuerzo en muchos casos sobrehumanos poniendo en riesgo la propia salud y sus propias vidas. Es que esta pandemia obliga a doblegar esfuerzos. 
El desafío es muy grande porque las vidas que se esta cobrado esta pandemia son demasiadas. 
Desarrollar un medicamento nuevo o la aplicación de uno ya existente demanda mucho tiempo y esfuerzo y ni que decir el desarrollo de una nueva vacuna que también está en marcha. 
Ese esfuerzo de profesionales médicos y de dirigentes políticos debe estar acompañado por los economistas. 
Hasta ahora la economía no muestra signos de evolución, sigue mostrando recetas ortodoxas, sin contextualizarse el tiempo que vivimos y manteniendo los viejos paradigmas económicos y financieros que uso siempre. 
Esta pandemia debe ser un llamado de atención para ellos también. 
Deberán evolucionar, se deberán adoptar al nuevo mundo que nos llevó esta pandemia. 
El dilema de economía o salud debería no debería ser tal, sino que debería ser economía y salud, porque una vez más la economía debe estar la servico de la población, adaptándose a sus objetivos y metas al contexto social actual. 
El desfilo no es fácil, porque hay que cambiar parámetros, objetivos metas índices, cambiar financiamiento productivo, metas de eficiencia, política impositiva, etc etc. 
Insistió en el concepto. Hasta el día de hoy no hay vacuna y la única medida preventiva más efectiva es la cuarentena, el aislamiento social preventivo, para ello la economía debe pensar sobre estas bases y no atacar la única “vacuna” que tenemos hasta hoy. 
Tampoco escapa a este razonamiento que la salud necesita de la economía para financiarse y obtener recursos. 
Es por ello que el desafío de la economía será evolucionar y adaptarse y no encerrarse en conceptos económicos pre pandemia.

Que deberíamos aprender de la crisis Coronavirus ?


Quienes son los verdaderos ídolos en una sociedad. 
El verdadero valor de la solidaridad social
Que la opinion de los expertos siempre debe ser escuchada por encima de intereses económicos y políticos. 
Apreciar el valor de la vida.
El valor de las cosas cotidianas que no siempre se aprecian, el abrazo el beso el saludo de manos. 
La fragilidad del ser humano no tiene raza género religión país riqueza o edad 
Que no hay riqueza del mundo que sostenga una crisis sanitaria global
No debemos pasarnos la vida entre miserias cotidianas sin valorar lo importante. 
Ojalá que al final de esta historia podamos aprender algo.