“El reloj de la mesa de luz marcaba las 3:36 hs, Rodolfo se despertó sobresaltado, combinación de pesadilla y de falta de aire. El flujo de oxigeno por la tubuladura había dejado de pasar. Estiro la mano y abrió la otra llave del tubo de oxigeno. El susto pasó, pero para él todo esto fue suficiente para que por su mente pasaran tantas imágenes, recuerdos e ideas como nunca antes había ocurrido. El arrepentimiento llegaba tarde.
Sus 54 años eran muy cortos. A su hijo varón de 12 años, tan esperado por él, no lo había podido disfrutar. Sus obligaciones laborales postergaron horas de juegos y salidas, pero lo peor, con los años el cigarrillo había destruido sus pulmonares. En ese instante se arrepintió de no haber elegido esa Navidad del 2010 para dejar de fumar. Casi como una promesa fallida con su hijo.
En las últimas visitas su médico de cabecera le había prohibido actividades físicas por el enfisema pulmonar y las múltiples obstrucciones arteriales en sus piernas, además debía dormir con oxigeno.
Incrédulo todavía porque los apenas 8 o 10 cigarrillos por día habían hecho tanto daño.
- Si bien la cantidad es importante – le explicaba su médico ante cada consulta – a veces el enfisema aparece en personas con un tabaquismo moderado.
Cada vez que consultaba con el Neumonólogo o el Cardiólogo un medicamento nuevo engrosaba la lista de indicaciones. Había días que su gastritis le impedía comer como antes. En realidad hace años que no disfrutaba del olor y el sabor de las comidas.
Todo parecía tarde, desde las indicaciones medicas de dejar de fumar, y sus antiguas discusiones con su esposa de no fumar delante de los niños, pero su adicción y falta de determinación eran más fuertes que todo eso.
Pasaba por su mente como aconsejar a los jóvenes, a sus amigos de no ser víctimas de semejante adicción. El cigarrillo lo había calado hondo, le había roto varios sueños, hasta el más importante, el de disfrutar de la vida.
Todo era tarde, demasiado tarde.
Solo importaba, una gota más de oxigeno para un minuto más de aliento”.
Dedicado a mis pacientes, amigos y personas especiales en mi vida que aun no han encontrado la razón para dejar de fumar.
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