Desde esta columna hemos mostrado a la obesidad como una enfermedad con graves consecuencias en la salud especialmente en la salud cardiovascular, sin embargo el otro extremo de esta enfermedad es la anorexia y la bulimia, que también deben ser consideradas con mucho cuidado por tener graves consecuencias en la salud especialmente de jóvenes adolescentes. La anorexia y la bulimia si bien datan desde hace varios años, en los últimos tiempos ha tenido una alarmante propagación y en ella influyen las nuevas “vías de propagación” del trastorno.
La anorexia y la bulimia son denominadas "Trastornos de la Conducta Alimentaria" (TCA) teniendo serias consecuencias en la salud de las jóvenes que la padecen con alta mortalidad siendo la misma del 8 al 10% de los casos. En el desarrollo de estos trastornos influyen factores genéticos, y ambientales varios de ellos de tipo emocional, por conflictos familiares, ausencia de uno de los padres, crisis matrimoniales de los padres, entre los principales campos donde los estereotipos deformados pueden crear falsas imágenes en la mente de las jóvenes.
En los últimos meses se ha quintuplicado los sitios de Internet denominados “blogs” (sitios de creación y acceso libre) creados por anoréxicas y bulímicas donde se difunden medicamentos, dietas y conductas dirigidas a engañar a los padres. En el ámbito de los médicos especialistas y padres de jóvenes anoréxicas/bulímicas, que ya están advertidos de esta situación, preocupa en demasía ya que muchos padres de jóvenes en riesgo no están advertidos de estas nuevas “vías de propagación” del trastorno. En ellos se utilizan términos en clave para despistar como utilizar el nombre de “Ana” para llamar a la anorexia y “Mía” para la bulimia. Los padres ante estas situaciones deben estar advertidos de controlar los sitios de Internet relacionados a estos temas, y ante la menor duda consultar al medico de cabecera, ya que una vez declarado el trastorno deben someterse a tratamientos prolongados que duran no menos de cuatro o cinco años. Es aconsejable acudir a los centros especializados de inmediato. En este trastorno tiene una participación fundamental la familia y el núcleo de amigos. Es la familia quien detecta los primeros cambios en las conductas y es la que brinda la voz de alarma. Por lo tanto la familia quien primero debe percatarse y asumir el trastorno.
Estos trastornos suelen iniciarse en jóvenes de 14 a 18 años, aunque en los últimos años la edad de percepción de los primeros síntomas ha sido a los doce años. Los primeros indicios los podemos percibir en que la joven comienza a tener una preocupación excesiva por la composición calórica de los alimentos y por la preparación de los alimentos, constante sensación de frío, reducción progresiva de los alimentos, obsesión por la imagen, la balanza, los estudios y el deporte, utilización de trampas para evitar la comida, hiperactividad, abuso en el consumo de laxantes, diuréticos y medicamentos para adelgazar, uso de ropa demasiado grande para su talla, distorsión de la imagen y peso de su cuerpo, permanecer siempre a dieta. A estos síntomas se le suman otros rasgos típicos como la irritabilidad, la depresión y los trastornos emocionales o de la personalidad. Asimismo, se manifiesta una alteración de la sensación de saciedad y plenitud antes de las comidas, náuseas, hinchazón, o incluso ausencia de sensaciones. En esta patología también se observan numerosos trastornos cognitivos que se centran en los alimentos, el peso corporal y el aspecto físico.
Como profesionales podemos detectar alteraciones en las pulsaciones cardiacas que se reducen, se producen arritmias, baja la presión arterial, desaparece la menstruación en las mujeres (amenorrea), disminuye la masa ósea y, en los casos muy tempranos, se frena la velocidad de crecimiento, disminución de la motilidad intestinal, anemia, aparece un vello fino y largo, llamado lanudo en la espalda, los antebrazos, los muslos, el cuello y las mejillas, estreñimiento crónico.
El objetivo de este artículo es difundir los primeros síntomas que presenta este trastorno, ya que la detección precoz del mismo puede mejorar el pronóstico, y estar alerta de las nuevas vías de propagación que para muchos padres pueden pasar desapercibidas.
FUENTE: Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA)
Diario Critica de la Argentina
Anorexia y Bulimia
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