El atentado de París en los últimos días ha movilizado a millones de franceses que en su mayoría están en contra de la violencia, sin embargo existe una clara evidencia de que la violencia y la muerte motivada por ideologías religiosas sigue presente en nuestra sociedad donde las víctimas siguen siendo los indefensos y quienes profesando ideologías extremistas siguen siendo los victimarios.
Víctimas y victimarios se confunden de lugar, porque al mismo tiempo unos y otros padecen similares actos de violencia, la ejercen tanto los europeos y americanos como los islamistas, ninguno de los dos puede arrogarse el título de la verdad, y es por ello que deberíamos detenernos a razonar cual es el papel que deberíamos asumir cada uno de nosotros en este conflicto sin fin.
Los atentados en Occidente son ampliamente difundidos, y muy conocidos, especialmente desde el 11 de setiembre a esta parte, así como también condenables y largamente criticables, pero de la misma forma deberíamos tener la misma vara para condenar las atrocidades poco difundidas y escasamente criticables que se cometen en Medio Oriente, donde niños y mujeres indefensos son igualmente víctimas de esa extrema violencia.
No sólo la violencia está ejercida por las armas, también deberíamos tener presente que las palabras, los mensajes, los discursos, las notas y las opiniones y como en este caso los dibujos, son igualmente generadores de una virulenta violencia.
Como sociedad "culta" deberíamos tener ese respeto a quienes por sus creencias consideran mensajes ofensivos, y no en nombre de la denominada libertad de expresión todo esta permitido. No todo esta permitido cuando buscamos la Paz y la convivencia entre los pueblos, menos cuando pretendemos arrogarnos la razón.
Puntualmente considero que la publicación de la revista Charlie Hebdo recientemente publicada es ofensiva en estas condiciones, y generara más violencia.
No veo ninguna diferencia con la publicación del humorista Dieudonné que fue encarcelado por las autoridades francesas por apología de actos terroristas, sin dudar que su opinión en este momento es absolutamente inadecuada, poco oportuna e incitante también de más violencia, eso tampoco debería estar amparado por la libertad de expresión. Tanto unos como otros no son expresión de ninguna modalidad de humor.
La sociedad francesa y en gran parte la sociedad europea se unió al reclamo de libertad de expresión, en contra de la violencia, en contra de las ideologías extremistas, y también en contra del islamismo extremo.
Pero debemos tener en cuenta que por la postura adoptada se transitara un camino de alto riesgo en una escalada de violencia.
Creo necesario volver a la cordura condenando todo hecho de violencia, y me refiero no sólo a la violencia de las armas. Con palabras y dibujos también se ejerce violencia y también se incita a más violencia.
JE NE SUIS PAS CHARLIE, JE SUIS LA PAIX = No soy Charlie, soy de la paz.
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