Con el transcurso de los años me ha tocado vivir con muchas situaciones especiales de la vida de muchas personas, tal como debe ocurrir con muchos de mis colegas, y se me ha ocurrido destacar alguna de ellas.
He sido testigo de lo que considero los más grandiosos actos de amor que una persona puede tener. En la enumeración no caben las preferencias de una sobre otra, o sea la primera citada no es más importante de la última que mencione, acá no se trata de un ranking, solo que para mencionarlas debo colocaras en una lista.
A saber, los verdaderos actos de amor que una persona puede tener considero son:
-Dar a luz a un ser humano, las mujeres tienen el privilegio asignado y nadie se los puede robar, la defensa de la vida que ellas tienen durante su embarazo las coloca en un lugar privilegiado frente a cualquier hombre.
-La donación de órganos, es la decisión más difícil en el peor momento de nuestras vidas, decidir sobre donar lo último que queda de nuestro ser más querido en su momento más crítico pero con la firme convicción de que esa decisión permitirá dar más vida a un desconocido pero de alguna manera nuestro ser querido seguirá viviendo y haber dado más vida.
-La donación de órganos en condición de “donante vivo”, existen situaciones en que nuestros órganos como el riñón por ejemplo puede ser donado a un familiar directo que sea compatible, o la simple donación de sangre que es útil a una persona en un estado gravísimo, y por solo hecho de transfundirlo lo podemos salvar su vida.
-La recuperación de adicciones, sabemos de la esclavitud en la que se encentran muchas personas fruto de la adicción al alcohol, drogas, cigarrillo etc., sin embargo muchas veces producto del esfuerzo propio y de los profesionales que lo asisten logran recuperarse, esto debe ser tomado como un acto de amor a la vida propia, debe ser valorado por el esfuerzo que implica.
-El cuidado a familiares en estado terminal sea por enfermedades incurables o por estar en el final del camino de la vida, implican por parte de las personas que lo acompañan una gran dedicación, esfuerzo y por sobre todo un alto sentimiento de amor.
Muchas veces estos actos no son reconocidos por personas que no lo han presenciado, sin embargo los profesionales médicos lo valoramos y es justo dedicarle un merecido reconocimiento.
El privilegio de ser protagonista de un acto de amor eleva nuestra condición de ser humano, purifica nuestro espíritu, y nos proyecta como ejemplo a emular, en una sociedad tan degradada y con escases de valores.
JODIDO NIÑATO
Hace 10 años
1 comentarios:
Me parece alucinante este artículo . Me lo creo totalmente y creo que Dios es el protagonista de todo esto
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