Responsabilidad social son dos palabras que se vienen escuchando muy a menudo en diferentes mensajes que tratan de explicar el apego a las normas y cambios de conducta que nos impuso la aparición de la pandemia por coronavirus.
A pesar que no hay una definición completamente aceptada podemos decir que Responsabilidad social es “…la teoría ética o ideológica que una entidad ya sea un gobierno, corporación, organización o individuo tiene una responsabilidad hacia la sociedad. Esta responsabilidad puede ser “negativa” significando que hay responsabilidad de abstenerse de actuar (actitud de “abstención”) o puede ser “positiva”, significando que hay una responsabilidad de actuar, (actitud proactiva)”.
Los orígenes de responsabilidad social se remontan a los inicios de la civilización cuando el hombre comenzó a formar parte de comunidades, al principio arcaicas y luego mas organizadas. Al principio con costumbres, luego normas y leyes, pero siempre procurando la conveniencia y el bien común para asegurar su supervivencia.
Podemos hablar de diferentes responsabilidades sociales ya sean corporativas, empresariales, individuales, gubernamentales etc etc. Sin embargo a la que me quiero referir en esta oportunidad es la referida con la aparición de la pandemia por coronavirus.
Esta enfermedad de la que todavía no se tiene cura ni vacuna, y solo disponemos de cambios de conductas y cambios de hábitos, tiene mucha relación con el apego a esas normas nuevas que debemos incorporar en muestras costumbres.
Para eso están los protocolos de actuación. Esos mismos protocolos tan fríos y desalmados, como el mismo virus, nos indican los cambios que debemos realizar. Y allí están las autoridades para hacerlos cumplir y los ciudadanos para cumplirlas, porque se trata del bien común, de todos nosotros, de todos nuestros seres queridos.
Esos protocolos mundialmente aceptados, pueden ser perfectibles, adaptados el curso de la pandemia, pero no debe quedar dudas que el lado débil de esos protocolos están en las excepciones, individuales o colectivas, porque tal como lo dije antes, el virus no tiene corazón ni sentimientos, cuando tiene la oportunidad ataca, y lo hace con los mas débiles.
La responsabilidad social de todos los ciudadanos debe estar para protegernos a nosotros mismos, y no para pedir excepciones. No se trata que las autoridades nos las impongan a la fuerza, se trata que las controlen que se cumplan, que es muy diferente.
Estará en nosotros sobrevivir.